¿Qué es la discalculia?

En el ámbito de las dificultades de aprendizaje se escuchan a menudo diferentes términos como “dificultades de cálculo“, “trastorno del cálculo“, “discalculia“, “dificultad para el aprendizaje de las matemáticas“…Todos ellos hacen referencia a las dificultades que presentan algunos niños y niñas en la comprensión de números y cantidades, en el conteo y en el cálculo. Los términos discalculia y trastorno del cálculo se suelen utilizar para designar problemas más graves que los términos dificultades del cálculo.

En el DSM-5 (Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales) este fenómeno se define como problemas de procesamiento de la información numérica, de aprendizaje de operaciones aritméticas, de cálculo correcto y fluído, y para el razonamiento matemático correcto

Además, para diagnosticar discalculia, éstas dificultades deben cumplir los siguientes criterios:

  • aparecen en edades tempranas, aunque pueden detectarse en etapas posteriores en el colegio
  • se dan de manera persistente, es decir, no son puntuales ni pasajeras
  • producen que el rendimiento en matemáticas del niño o niña esté por debajo de lo que sería esperable para su edad o curso escolar

Las dificultades del cálculo afectan sobretodo al áera de aritmética, a las cuatro operaciones básicas (suma, resta, multiplicación y división), y menos a otras áreas como, por ejemplo, la geometría.

Causas de la discalculia

La discalculia es un trastorno complejo cuyas causas a día de hoy aún no están claras. Se asume que son varios los factores que influyen directamente en las habilidades de cálculo de una persona. En especial se apunta a factores genéticos, neurobiológicos y cognitivos (como por ejemplo, la memoria de trabajo, la concentración o la representación de números). 

Además de éstos, otros factores socio-emocionales como por ejemplo, el miedo ante las matemáticas pueden fortalecer las dificultades de cálculo que ya tenga un niño o niña. 

Por último, también pueden agravar las dicultades de cálculo el que un niño o niña muestre también dificultades en otras áreas del desarrollo, como por ejemplo dislexia.

Es muy importante tener claro que, cuando un niño o niña es diagnosticado de discalculia no es culpa ni de sus padres ni del niño. La discalculia no aparece porque un niño sea “vago“, ni porque sus padres no le apoyen lo suficiente en los estudios. Como hemos visto, las causas de la discalculia son diversas y el componente genético juega un papel importante.

Detección de la discalculia

Cuando los padres y/o el profesor/a sospechan que pueden existir dificultades de cálculo (cuando observan que el niño muestra dificultades persistentes para aprender matemáticas; practica los ejercícios en casa con los padres pero siempre tienen que repetir los mismos contenidos porque el niño no los aprende, etc) se debe realizar una evaluación para detectar una posible discalculia. En caso de que exista un trastorno del cálculo (o dificultades de cálculo) se debe comenzar cuanto antes con el tratamiento, puesto que la discalculia no “se pasa” con la edad. 

La evaluación la realiza un profesional de un Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógico de zona, o bien un profesional cualificado (psicólogo, psicopedagógo) en un centro privado. Dicha evaluación incluirá información que aportan los padres sobre los problemas de cálculo del niño recogida en una entrevista personal, un test (estándarizado) sobre el nivel cognitivo del niño, así como un test de cálculo que abarque tanto los pre-requisitos como las habilidades de cálculo. Además, el profesional evaluará si el niño presenta otros trastornos de aprendizaje (dificultades de lectoescritura), si coexisten otros trastornos del desarrollo (TDA(H)), o si presenta además problemas emocionales.

Tratamiento

Una vez se ha comprobado la existencia de una discalculia, se debe comenzar el tratamiento lo antes posible. Lo ideal es encontrar un profesional que tenga formación específica en dificultades de cálculo. Esta persona debería diseñar un plan de objetivos individualizado a trabajar con el niño basándose en los resultados del diagnóstico. Debería comenzar a trabajar (y a automatizar) las habilidades matemáticas dónde el niño presente dificultad con materiales manipulativos, visuales y por último de manera simbólica. Debería incluir juegos y actividades dinámicas que ayuden a automatizar los aprendizajes, y debería trabajar de manera estructurada por campos numéricos. 

Si quieres conocer a fondo en que consiste la discalculia, he creado una guía específica para padres y otra guía específica para profesores. 

Y si lo que te interesa es aprender cómo trabajar las dificultades de cálculo con un método estructurado, de manera práctica, efectiva y sólida en el tiempo, te recomiendo que conozcas el método pronumérico en el “curso práctico de intervención en dificultades de cálculo: Método Pronumérico”.

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