Muchos profesores y profesoras se encuentran a menudo con alumnos a los que les cuesta mucho seguir el ritmo de la clase de matemáticas. Parecen tener muy poca comprensión de números y cantidades; se equivocan al resolver operaciones matemáticas sencillas; olvidan a menudo lo “aprendido“ el día anterior; y “odian“ la asignatura de matemáticas. Algunos profesores no saben cómo apoyar a estos niños y niñas para que puedan seguir la clase y participar del aprendizaje como sus compañeros.
¿Cómo reconocer si mi alumno tiene una posible discalculia?
No todos los niños con dificultades en la clase de matemáticas tienen discalculia, por lo tanto, es muy importante que, cuando el profesor o profesora sospeche que el alumno o alumna podría tener discalculia, consulte con el orientador/a del colegio.
Algunas señales que pueden alertar sobre una posible discalculia son:
- El alumno/a confunde conceptos espaciales como derecha-izquierda, arriba-abajo, etc.
- El alumno/a utiliza, casi como única estrategia, el conteo con los dedos para la suma y la resta
- El alumno/a no comprende el sistema de valor posicional. No entiende cómo se construye el número
- El alumno/a presenta muchas dificultades con el manejo del tiempo
- El alumno/a calcula con los algoritmos de las operaciones básicas, pero de manera mecánica; no entiende bien que hace realmente
- El alumno/a tiene mucha dificultad para resolver problemas matemáticos
A estas posibles señales hay que añadir que, generalmente, el alumno/a con discalculia lo “pasa fatal” en la clase de matemáticas. Dependiendo de como sea el niño o la niña, puede parecer distraído en el aula (seguramente porque desconecta porque no puede seguir la clase), ansioso o triste (porque trata de seguir la clase pero se desespera porque todo le resulta muy difícil), o disruptivo (interfiere en el ritmo de la clase porque es su manera de “lidiar” con el hecho de que no entiende nada y no puede seguir la clase).
Otro aspecto que nos puede hacer sospechar es que el alumno/a presente dificultades tambien en otras asignaturas, sobre todo en lengua y en inglés. Muchos alumnos con discalculia presentan también dislexia y déficit de atención (con o sin hiperactividad). Por eso es de suma importancia que un profesional cualificado realice una evaluación completa para poder apoyar al alumno o alumna de manera específica y efectiva en las dificultades que presente.
¿Qué puedo hacer en el aula para apoyar a mi alumno/a con discalculia?
Como hemos dicho antes, lo primero que debe hacer el profesor o profesora si sospecha que su alumno/a puede presentar una posible discalculia, es avisar al orientador. A partir de ahí, se informará a los padres, se determinará si se dan las condiciones o no, y el alumno/a recibirá apoyo especializado (idealmente dentro y fuera del colegio). ¿Pero, qué puede hacer el profesor/a, que tiene muchos otros alumnos en clase, para apoyar a ese alumno/a? Algunas medidas que se pueden poner en práctica en el aula son:
- Comunicarse regularmente con el profesor o profesora de apoyo que esté trabajando con el alumno/a para conocer exactamente las dificultades que presenta el niño o la niña, y coordinar el trabajo.
- Comunicarse regularmente con los padres del niño o niña, para intercambiar información sobre el rendimiento y evolución del alumno/a, así como para informar sobre las medidas que se están llevando a cabo en el colegio
- Proporcionar más tiempo al alumno/a para realizar las tareas en los exámenes
- Disminuir el volumen de tareas que tenga que realizar el alumno/a
- Permitir la utilización de materiales de ayuda, como las tablas de multiplicar, tablas para las conversiones, etc.
- Reducir la complejidad de los problemas matemáticos; explicarselos al alumno/a si es necesario
- Dar tareas para casa ajustadas al nivel de aprendizaje del alumno
- Reforzar al alumno por sus pequeños logros
- Hacerle participar en la clase (salir a la pizarra, contestar preguntas) sólo cuando estemos seguros que el alumno/a tendrá éxito
Si quieres conocer más a fondo este trastorno, saber cómo detectar las señales que pueden alertar de una posible discalculia en la etapa infantil, en primaria, y en secundaria, así como conocer qué medidas puede adoptar el colegio para apoyar al alumno o alumna con discalculia, accede a la Guía de discalculia en el colegio para profesores.
