Las funciones ejecutivas son las capacidades cognitivas que dirigen el pensamiento y comportamiento humanos. La capacidad de autorregularse emocionalmente, dirigir la atención y concentrarse en una tarea, de almacenar información y operar con la información almacenada, la flexibilidad cognitiva, la inhibición, la monitorización y la planificación, son algunas habilidades que componen las funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas que un niño/a o adolescente presenta influyen en su rendimiento en el aprendizaje y en su desarrollo socio-emocional.
Los niños y niñas con dificultades de aprendizaje a menudo se enfrentan con retos de aprendizaje que les llevan a frustrarse y que requieren del apoyo de las funciones ejecutivas. Si éstas están bien entrenadas favorecen el éxito en el aprendizaje así como el manejo controlado de las propias emociones. Por lo tanto, es muy importante trabajar estas habilidades cognitivas.
Entrenar jugando
Este sencillo pero divertido juego de cartas resulta un recurso fundamental cuando quiero hacer una pausa con el niño o niña que esté trabajando en sesión. Sirve de distracción pero a la vez se trabajan de manera lúdica un montón de habilidades cognitivas, como la atención, la velocidad de procesamiento, y algunas habilidades que componen las funciones ejecutivas.
El juego consta de 60 cartas que contienen 5 tipos de dibujos diferentes. Hay varias versiones de los dibujos, pero en la versión clásica las cartas constan de dibujos de árboles, banderas, estrellas, cometas y casas, que pueden ser de color azul, verde, amarillo, morado o rojo. A su vez, la cantidad de dibujos que tenga una carta puede variar de 1 a 5. Por lo tanto en cada carta hay 3 variables: tipo de dibujo, color de los dibujos, y número de dibujos.
Para comenzar a jugar se reparten todas las cartas entre el terapeuta y el niño o niña, que las colocan cada uno en un montón boca abajo para no verlas. Cada jugador saca una carta de su montón y la coloca boca arriba en el centro de la mesa que serán la base para formar dos montones. A continuación cada jugador toma en la mano 3 cartas de su montón que sí puede ver. El juego consiste en, lo mas rápido posible, deshacerse de todas las cartas colocándolas en los dos montones, pero para ello hay ciertas reglas: 1) cada jugador sólo puede tener hasta 3 cartas en la mano durante toda la partida, y 2) sólo se puede colocar una carta encima de otra siguiendo los criterios de dibujo, color, y cantidad de dibujos en la carta. Es decir, un jugador puede colocar una de sus cartas sobre otra que tenga el mismo dibujo y/o tenga el mismo color, y/o tenga la misma cantidad de dibujos. El primero que se quede sin cartas ha ganado.
Por lo tanto este juego obliga al niño o niña a mantener un alto grado de concentración durante toda la partida y a procesar la información visual de manerá rápida. Además, durante la partida el niño o niña tiene que elegir constantemente (y de manera rápida) una opción entre diferentes alternativas de manera eficiente (toma de decisiones), adaptar su conducta y pensamiento de manera rápida según van cambiando las cartas disponibles (flexibilidad cognitiva), y controlar las respuestas impulsivas y dar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento (siguiendo cualquiera de los 3 criterios).
El juego lo creó Reinhard Staupe y sólo lo he encontrado en Alemania, pero se puede hacer una versión casera más corta, utilizando tarjetas en las que dibujaremos motivos según los criterios del juego.
Sea como sea, os recomiendo probarlo, es muy divertido y no tan sencillo.