Es de sobra conocido que las matemáticas no son la asignatura favorita de la mayoría de los alumnos. Algunos niños y adolescentes muestran dificultades en el desarrollo de la comprensión matemática que van más allá de que no les guste la asignatura. A los niños y adolescentes con discalculia les cuesta aprender las habilidades matemáticas básicas, como, por ejemplo, el manejo con números y cantidades, mientras que los demás alumnos parecen aprender estas habilidades “por sí solos“, sin ayuda especializada. Si estas dificultades no son detectadas a tiempo, el niño no puede recibir el apoyo adecuado cuando lo necesita, por lo que no podrá desarrollar los prerrequisitos y conocimientos matemáticos básicos. De esta forma la asignatura de matemáticas se puede vivir como algo muy frustrante que el niño probablemente rechace.

Con la presente guía tratamos de, por un lado, que la discalculia pueda ser detectada de manera temprana, y por otro, de informar sobre posibles medidas de apoyo que se pueden establecer en el colegio. Si las dificultades de un niño con discalculia son detectadas a tiempo, el niño puede recibir la estimulación necesaria y conseguir una mejora de la capacidad de cálculo a largo plazo.